Guía para el primer mes del bebé
Ser mamá o papá primerizo puede dar un poco de miedo. Aunque el doctor diga muchas cosas y dé muchas indicaciones, es normal llegar a casa y no saber realmente qué hacer o sentirse inseguros. Sin embargo, muchas de las cosas que causan estas dudas son completamente normales. Por esto, aquí dejamos una guía básica para entender y monitorear el primer mes de vida de tu bebé.
Lo primero que debes saber son las características físicas. Al principio, su cabeza es grande y pesada. Al no haber desarrollado aun la suficiente fuerza en el cuello para poder levantarla y moverla, siempre deberás sostenerla. A medida que el tiempo pasa, el bebé irá desarrollando esta fuerza y verás cómo levanta la cabeza cuando, por ejemplo, está acostado boca abajo. Durante estas primeras semanas, su vista no está desarrollada por lo cual es normal que no vea nítido. Poco a poco irá abriendo los ojos y podrá enfocarse en caras conocidas o incluso sonreír ante ellas. Mientras tanto, su atención será captada por luces y sonidos que lo relajan y lo entretienen.
La respiración del bebé puede llegar a ser fuerte y rápida, sobre todo mientras duerme, y esto no significa que tenga algún problema respiratorio. Los padres suelen preocuparse por esto, pero no hay razones para hacerlo. Se debe tener en cuenta que los adultos tomamos cerca de 20 respiraciones por minuto mientras que los niños toman entre 40 y 60. Las uñas también comenzarán a crecer, por lo cual es importante cortarlas con regularidad para evitar que se rasguñe o se lastime a si mismo. Es recomendado bañarlo diariamente con agua tibia, cuidando que no le entre en los oídos y en los ojos. Este baño diario es suficiente para que el cordón umbilical se mantenga desinfectado hasta que se caiga entre 7 y 15 días luego del nacimiento.
Es importante que siempre se le dé mucho amor y mimos al bebé, pues debe sentirse protegido y en un ambiente de paz. Esto lo hará sentir como en el útero materno y así se evitarán inquietudes. Al cargarlo y acunarlo, se sentirá a gusto pues reconocerá a su mamá y a su papá. Es importante resaltar que el papá también debe tomar un papel principal en el desarrollo del bebé para el bienestar del pequeño. Recordemos que lo único que separa al papá de la mamá es la lactancia.
Pasearlo por los distintos lugares de la casa puede ayudar a que el bebé se familiarice con los sonidos del espacio que tiene a su alrededor y en el cual va a crecer.
Durante este primer mes de vida dormirá mucho, probablemente entre 16 y 20 horas diarias, y se despertará cada 2 o 3 horas para alimentarse. Es recomendado por los especialistas alimentarlo únicamente con leche materna durante estos primeros meses. En caso de que la mamá no pueda hacerlo, se debe consultar con el pediatra para encontrar otra solución. En ningún caso es recomendado alimentarlo con suplementos a menos que así lo indique un especialista. También es importante saber que, aunque esté siendo alimentado correctamente y esté siendo amamantado cuando lo requiere, es posible que pierda peso. Esto es totalmente normal en los recién nacidos, pero siempre se debe mantener el chequeo con un pediatra. También es posible que tenga hipo y que estornude, y al contrario de muchas creencias, esto no significa que tiene algún problema digestivo.
Lo más importante de todo es tener en consideración que un bebé recién nacido es un ser muy pequeño que acaba de llegar al mundo. Como todos los procesos y cambios en el mundo, necesita su adaptación. Por esto, se debe tener cuidado con microbios y bacterias que puedan entrar desde el exterior y causar algún tipo de enfermedad o infección. El cuarto del bebé siempre debe estar limpio y desinfectado. Las visitas son lindas, pero al momento de recibirlas deben ser cortas (de no más de 20 minutos) y no invasivas ya que el bebé puede asustarse con facilidad. Si la persona va a tomar al bebé, debe tener las manos limpias ya que estos aún no han desarrollado un sistema inmunitario fuerte.
Al conocer esta información básica, tener un recién nacido en casa no suena tan difícil. Lo importante a recordar siempre es: no tener acciones bruscas con él o juegos que lo sacudan demasiado y tratarlo con amor, respetando su espacio y sus deseos. Más que preocupación, este bebé traerá felicidad a la casa, amor y muchos buenos recuerdos.
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