Zinc: uno de los minerales más importantes
El cuerpo humano necesita una cantidad específica de distintas vitaminas y minerales para cumplir con su buen funcionamiento y con todos los procesos que realiza. Debido a que la alimentación varía según cada quien, ciertas personas pueden tener deficiencias de algunas de estas sustancias. Por esta razón, existen suplementos que buscan reducir esta falta. Estos suplementos suelen ser recetados por doctores basándose en la alimentación particular, pero otras veces las personas deciden tomarlos por su propia cuenta. Uno de ellos es el zinc, un mineral que se encuentra en muchas comidas y que cumple funciones esenciales en el cuerpo.
El zinc es un mineral que participa en todas las reacciones bioquímicas del cuerpo humano ya que trabaja con más de 300 enzimas. Este, junto al cobre y el selenio, se encuentra en todos los órganos y tejidos. Además, está repartido en todas las células del cuerpo, ayudando con el proceso de división y creación de células nuevas. Su presencia aquí es muy importante porque ayuda a mantener la integridad de la membrana celular, evitando el daño que pueda causarse a estas unidades. El zinc interviene en la formación de osteoblastos, por lo cual ayuda a la estructura ósea y también regula la presión sanguínea, interviniendo en el sistema circulatorio. Según algunos estudios, a nivel cerebral el zinc también puede modular la comunicación entre las neuronas.
Otras funciones incluyen intervenir en procesos como la cicatrización de heridas, el metabolismo de los carbohidratos y el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Además, el zinc ayuda a tener un buen sentido del olfato y el gusto. Si tomas zinc regularmente disminuyen las probabilidades de contraer el resfriado común. Mejor aún, si lo tomas durante el primer día que aparecen los síntomas, puede hacer que la enfermedad dure menos y no sean tan agresiva.
El zinc también es importante para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, quienes tienen un requerimiento de zinc mayor que el de otras personas. También influye mucho en los procesos de crecimiento de los niños y los bebés, por esto una buena alimentación en esta etapa es importante.
Las principales fuentes de zinc son las proteínas animales, como la carne de cerdo, de vaca y de pollo. Los mariscos también son buena fuente de este mineral, así como las legumbres, los granos y las nueces.
Al estar contenido en muchísimos alimentos, se debe tener cuidado con los suplementos si se lleva una alimentación común (es decir, si no eres vegano, vegetariano, celíaco, etc.). Una deficiencia no es buena, pero un exceso puede traer consecuencias como diarrea, vómito y cólicos abdominales de 10 a 13 horas después de consumirlo. La dosis recomendada es de 8 mg para las mujeres y de 11 mg para los hombres. Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia pueden tener un requerimiento de 13 mg diarios. El zinc contenido en los vegetales es más difícil de absorber por el cuerpo. Por esto, las personas que llevan una dieta especial podrían tener deficiencias.
Una deficiencia de zinc se puede reconocer porque se presentan síntomas como: infecciones frecuentes, pérdida del gusto y del olfato, pérdida del cabello, reducción del apetito, llagas en la piel, crecimiento lento en niños, problemas para ver en la oscuridad y heridas que tardan mucho tiempo en sanar. Si sospechas que tienes una deficiencia de zinc, lo más recomendado es asistir a un doctor. Él podrá detectarla y hacer los cambios necesarios en la dieta, así como decidir si es pertinente incluir suplementos en la alimentación o no.
Ahora que sabes lo importante que es el zinc, intenta mantener una alimentación balanceada que te permita reducir las deficiencias de este y cualquier otra vitamina o mineral.
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