Destete: ¿Cómo lograrlo sin que sea una pesadilla?
La alimentación con leche materna es súper importante para los bebés durante los primeros 6 meses de vida. De hecho, se recomienda que esta sea su única forma de alimentación por este tiempo. Sin embargo, luego de este periodo, se puede comenzar el destete y agregar nuevas comidas, texturas y sabores para ir introduciendo comida sólida poco a poco. Esto debido a que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo se debe amamantar al bebé hasta los 2 años de vida.
El destete es el proceso mediante el cual el bebé deja de ser alimentado con leche materna y pasa a alimentarse con comida sólida. Durante las primeras semanas, puede producir molestias o rechazos por parte del bebé. Esto no depende necesariamente del momento en el que se lleve a cabo, sino de qué tan dispuesto esté a cambiar su alimentación. Los expertos afirman que mientras más tarde se haga el destete, más protestas harán los niños. Debemos recordar que es más fácil cambiar los hábitos de un bebé de 1 año que los hábitos de uno que ya tiene 2 años. Sin embargo, también afirman que no hay momento “perfecto” para comenzar a introducir sólidos en la dieta de tu bebé ya que esto está influido por factores biológicos, sociales y culturales.
Este cambio de alimentación puede ocurrir por distintas razones. En la mayoría de los casos es voluntario (cuando se hace a petición de la mamá o del bebé). Aunque suene extraño, es posible que el niño ya no quiera ser amamantado y rechace los intentos de hacerlo, demostrando que está listo para este proceso. Sin embargo, pueden presentarse algunas ocasiones en las que alguna condición o fuerza mayor obliga a la madre a parar de amamantar. Por ejemplo, por razones laborales o personales la madre ya no puede cumplir con el proceso de lactancia exclusiva y debe empezar el destete. Si se presentan otras razones externas como, por ejemplo, que la madre y el niño estarán separados por mucho tiempo o cualquiera de los dos es afectado por una enfermedad infecciosa, es común que se comience un destete involuntario.
Es importante resaltar que, como ya se mencionó anteriormente, si el destete no ha sido decisión del bebé puede mostrar disgusto y rechazo ante él. Por esto, es un proceso que requiere de paciencia y debe hacerse de manera gradual. Al principio, se comenzarán a complementar las tomas de leche materna con alimentos sólidos. A medida que el bebé se va acostumbrando, las tomas de leche materna se irán reduciendo cada vez más hasta que sean muy espaciadas. De la misma manera, la ingesta de alimentos sólidos se irá incrementando, hasta que los niños dejen de interesarse por ser amamantados.
Hay distintas maneras de incluir estas nuevas comidas en la dieta. Primero, está la tradicional en la que se preparan papillas con distintos alimentos para que el bebé se acostumbre al sabor y luego se introducen las texturas. De segundo, la manera menos tradicional que consiste en darle pedacitos pequeños de comida y que él mismo pueda agarrarla y llevársela a la boca. Esto le da la oportunidad de explorar y descubrir las texturas y sabores por si mismo. También, se le pueden dar algunas cucharadas de leche antes de comer para que no le sepa tan extraño. Se debe tomar en cuenta que al momento de alimentar al bebé las cucharadas deben ser pequeñas. Si no, se le dificultará llevar la comida de la boca a la garganta.
Un mito urbano es que debe terminarse la comida. Esto no es cierto. Al niño no se le debe obligar a comer si no quiere; él debe recibir la comida y realizar el proceso de aprendizaje por su propia voluntad. Para lograr esto, se pueden incluir juegos, como el típico avioncito, para que comer sea algo divertido y el proceso se vuelva más sencillo.
Por último, debes saber que el destete debe ser progresivo y si pide ser amamantado nunca se debe responder con un no rotundo. Se puede negociar con él, distraerlo con juguetes o decirle que luego podrá recibir la leche materna. Evita decirle “no”, pues lo hará sentir obligado y esa no es la idea. Tampoco es bueno realizarlo cuando está viviendo momentos cruciales o cambios muy grandes, como introducirlo en la guardería o la llegada de algún hermanito. El destete es de por si estresante para los niños, así que combinarlo con otros cambios en la rutina puede hacerlo peor. Toma estos consejos en cuenta y, junto con la ayuda de un pediatra, seguramente será un proceso fácil y sin mayores complicaciones.
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