El ayuno intermitente: ¿un método efectivo o no?
Una de las interrogantes que se presentan cuando se habla del ayuno intermitente es si es un método efectivo o no lo es. En un artículo anterior (¿Sabes qué es el ayuno intermitente?) se explicó qué es el ayuno intermitente, sus beneficios y algunos tips para realizarlo. También, se aclaró que esta práctica no es apoyada por todos los expertos en la nutrición y no puede ser aplicada por todas las personas. Al ser un tema tan controversial, luego de mencionar los beneficios del ayuno intermitente, exploraremos las razones que dan los expertos para refutar su uso.
Lo que más se le ha criticado al ayuno intermitente es el efecto rebote que puede aparecer después de haberlo realizado. Las personas pierden peso durante el ayuno, pero al ser una práctica que no se mantiene a largo plazo, vuelven a su alimentación normal. Esto causa una tendencia a recuperar el peso perdido (incluso ganar más), pues no cambian a hábitos más saludables, sino que regresan a los mismos de antes. Al alimentarse igual, deberían haber aumentado la misma cantidad que perdieron. Sin embargo, los expertos afirman que esta práctica puede bajar los valores de azúcar y glucosa en la sangre a niveles peligrosos para la salud. Esta nueva ganancia de peso ocurre debido a que en este proceso se pierde músculo, lo cual ralentiza el metabolismo.
Otros efectos físicos que se le critican a este tipo de alimentación es que, de no ser realizada correctamente, puede causar deshidratación y deficiencias nutricionales. En una ventana tan corta de tiempo la mayoría de las personas no logran comer todo lo que el cuerpo necesita porque se llenan. Cuando la persona vuelve a sentir hambre, ya no puede comer pues están de regreso al ayuno, negándole al cuerpo comida que está pidiendo. Además, no hay suficientes estudios que puedan demostrar las consecuencias de practicar el ayuno intermitente a largo plazo y sus efectos en la salud. Hay expertos que afirman que mantener este tipo de dietas por un tiempo prolongado puede causar daños a órganos importantes como el corazón, el cerebro, los riñones y el hígado. También afirman que una de sus consecuencias más características es que puede causar dolores de cabeza severos.
Pero no sólo se le critica sus efectos físicos, sino también sus consecuencias psicológicas. Esta práctica puede presentar efectos adversos en el humor de la persona como irritabilidad, falta de concentración, y otras como estrés, ansiedad e incluso depresión.
Hay numerosos testimonios afirmando que los efectos mentales de mantener esta dieta son negativos. Algunos practicantes han sentido que están constantemente considerando y pensando lo que van a comer; que tener hambre, pero no poder alimentarse los afecta de maneras inusuales. Llamado por ellos mismos “obsesión”, esto les causa ansiedad extrema y ganas de comer cosas no saludables cuando por fin llega la hora. Afirman que están revisando el reloj constantemente y que, aunque lo intenten con todas sus fuerzas, no pueden sólo dejar de pensar en la comida. Según varios estudios, esto no es mentira ni obsesión: fisiológicamente, es normal que al haber una carencia tan pronunciada de alimentos el propio cuerpo los pedirá y hará que la persona los desee más. Esto, sumado al factor psicológico de querer lo que no se puede tener, a los ojos de los especialistas es una receta para el fracaso.
Por esto, el ayuno no es recomendado para personas con trastornos psicológicos como depresión o ansiedad, o que hayan sufrido alguna enfermedad alimentaria como anorexia. Además, personas menores de 18 años, embarazadas o mujeres en periodos de lactancia tampoco deben realizar esta dieta.
Por otra parte, hay muchas personas que afirman que este método de alimentación es torturador y no da resultados. Sin embargo, hay estudios que demuestran que el ayuno intermitente a veces falla porque las personas, luego de haberlo cumplido, tienden a recompensarse, igualando entonces la ingesta de calorías. Se demostró que cuando las personas se preparan para el ayuno intermitente consumen un 6% más de las calorías necesarias y al terminarlo, consumen un 13% más en la siguiente comida. Otro error es que al momento de comer las personas consumen cosas que no son saludables, por lo cual la alimentación termina siendo deficiente.
No hay suficientes estudios sobre este tema para poder tomar una postura definitiva, por lo cual seguirá siendo un debate entre nutricionistas y trabajadores de la salud. Mientras tanto, si deseas realizarlo, consulta con un experto primero y evalúa todo lo que conlleva realizar el ayuno intermitente de una manera saludable. ¿Te atreverías a intentarlo?
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